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Nuevo álbum: AC/DC y el secreto detrás de “Power up”

Cuando parecían listos para el retiro, Angus Young produjo su mejor disco en 20 años, el primero sin su hermano Malcolm.

Power Up, el nuevo disco de AC/DC, es un milagro. Nadie podía imaginar que 2020 marcaría el resurgimiento de una de las bandas más grandes de la historia después de cuatro años a la deriva y en silencio.PUBLICIDAD

Repasemos: Brian Johnson fue echado, después de 35 años de servicio, por problemas en sus oídos durante la gira presentación de Rock or BustPhil Rudd tuvo problemas con la ley y fue reemplazado durante el último tour; Cliff Williams simplemente había tenido demasiado. Todo parecía indicar que esta improbable reunión nunca se llevaría a cabo, pero la peor noticia en la historia del grupo llevó a la unión. El funeral de Malcolm Young, a finales de noviembre de 2017, volvió a juntarlos y emprender, una vez más, un pacto de sangre y rock and roll. Power Up  es un tributo al guitarrista caído y un disco que deja ver la luminosidad detrás de un torrente guitarrero. En AC/DC no se trata de inventar el fuego, sino de tener el mejor fósforo para encenderlo.

Alcanzan solo tres segundos de “Realize”, el track inicial, para darse cuenta del tono del álbum. En AC/DC la premisa es que lo único que puede cambiar es el tiempo, todo el resto se mantiene en su lugar. Guitarras enérgicas y el inconfundible tono de Johnson se confluyen en un comienzo abrumador, emocional y directo. Una de sus mejores canciones de los últimos 30 años.

“Rejection” tiene el mismo comienzo explosivo y continúa una línea marcada en el disco, que se mueve de la oscuridad en la que podría haber estado inmerso para darle paso a estribillos contundentes. “Shot in the dark”, el primer single que se conoció, se rige por la fórmula clásica del sonido post mortem de Bon Scott. El contrapunto entre la línea vocal de Johnson y los coros casi rugidos son pura factoría Young.

“Through the mist of time” se inscribe dentro de sus grandes gemas pop. Una canción reflexiva sobre el paso del tiempo que, por sonido, podría haber sido escrita durante el pasaje de finales de los ’80 y principios de los ’90. “Demon Fire”, entre las mejores del álbum, muestra a un Johnson en un registro socarrón similar al de Bon Scott (¿otro tributo?) y uno de los mejores riff de la dupla Young del siglo XXI. Phil Rudd prueba acá por qué –a pesar de todo- sigue siendo el elegido para sentarse detrás de la batería.

Canciones como “System Down”, “Money Shot”, “Witch’s Spell” y “Wild Reputation” son fórmulas probadas, que funcionan para hacer brillar a las gemas. Son ese carrilero que tira el centro preciso para que el 9 se suba al alambrado en un grito de gol.

El final con “Code Red” es antológico. En la línea de cierres monstruosos de Back in Black y Highway to hell, el ADN del grupo y baja el telón de gloria para este regreso improbable.

En su álbum número 17, AC/DC prueba que se puede sobrevivir a los fantasmas y reinventar una fórmula probada. ¿Es solo rock and roll? Sí, pero nos encanta.

Fuente: La Viola

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