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Los espectáculos volvieron a Hurlingham de la mano de “El Bar”, un clásico de todos los tiempos

El bar, ubicado en Av. Roca 1279, había cambiado de dueños en septiembre. Con expectativas por sumar propuestas a este histórico espacio, los nuevos encargados apostaban a los shows en vivo. Sin embargo, en marzo llegó la pandemia y frustró sus planes.

En diálogo con Viví el oeste, Gabriel Gurias explicó que la idea inicial “era mejorar (el bar) estructuralmente, darle amor y sostener el espíritu que es la música en vivo. Pudimos trabajar hasta el inicio de la cuarentena, tocaron músicos, tocó Estuca, la formación original de Intoxicados, Felipe Barroso y Jorge Rossi, en febrero estuvo Ismael Sokol, hizo una fecha tremenda, un montón de gente y ya en marzo nos tocó la pandemia y tuvimos que quedar cerrados”.

Durante los primeros tres meses no pudieron trabajar de ninguna manera, la cocina no estaba preparada para la demanda de comida bajo la modalidad de delivery y debieron reformar la cocina, agrandarla, agregar artefactos para sumar el sistema de envíos a domicilio que lanzaron en agosto.

“Tuvo salida, pero no llenaba, no alcanzaba la expectativa ni las necesidades que tiene la estructura del local que es grande como para poder sostenerlo. Se hizo para subsistir y mantener a los empleados del local con sus sueldos. Se agregaron comidas a la carta original y la tratamos de remar. Vendimos bienes personales con mi socio Mauro y tratamos de empujar” continuó.

Hace un mes los bares fueron autorizados para trabajar en las veredas con 7 mesas y 4 sillas por mesa. “Mecomuniqué con la inspección de la municipalidad y le encontramos la vuelta para que los músicos puedan tocar, es el espíritu y la característica de este local. Vos pasas y siempre hay alguien tocando” celebró.

“Lo pedimos, la municipalidad entendió, y le propusimos que los músicos en principio sean uno o dos, en formato acústico para mantener el volumen y no se acumule mucha gente en vereda, que suele pasar cuando hay una banda. Con ese formato arrancamos, felices por ser fieles al local y para darle la oportunidad  a los músicos que están en la misma situación, quedaron con un montón de restricciones, de no poder trabajar, de no poder tocar” lamentó.

Así se encuentran en contacto con artistas para armar una variada grilla y “con la alegría de estar de nuevo en el circuito, recibiendo también esa alegría de parte de los músicos”.

La propuesta gastronómica esta integrada por comida casera, pizzas amasadas, medallones de carne caseros, al igual que el pan, papas frescas y mercadería de primera calidad. “Sabemos que es un poco más costoso pero apostamos a eso, a que sea rico y ofrecer también cervezas artesanales, tenemos dos canillas y vamos a poner tres más”.

Respecto a los protocolos Gabriel señala: “Si nos seguimos cuidando se va a abrir todo un poco más y vamos a poder tener más músicos y más gente, respetando las distancias y los protocolos. Mesas limitadas, sillas limitadas, y alcohol en gel para desinfectarse todo el tiempo”.

En cuanto a los shows el protocolo es el siguiente: se ofrecen de adentro hacia afuera, por una ventana que deja ver el escenario, de cara a la vereda. “Desde la semana pasada se habilitaron los espacios interiores, limitados, pero es un pasito más para llegar a trabajar lo necesario y cubrir los costos del local. Hoy estamos en ese camino, esperando a más artistas de Hurlingham y zonas aledañas” finalizó.

Con Elías Soto, los acordes volvieron a sonar en el oeste de la mano de “El Bar”, los músicos se reencontraron con su publico y los vecinos con las noches hurlinguenses.



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